Fachada de la Cámara

La fachada es sencilla y ordenada, dispone sus aperturas siguiendo un criterio de estricta simetría. Es una portada que se contrapone a la complejidad desarrollada en el interior del edificio.

En planta baja se disponen tres huecos, el central de los cuales, de menor anchura, es el que ofrece el acceso al edificio. En la planta primera, se disponen dos ventanas para iluminar lo que fue la sala de juntas y lo que era la biblioteca. Entre ambas ventanas, se coloca el escudo de la institución, obra de Jorge de Oteiza. Es un león de bronce emergiendo de una vaga forma de torre. En la planta tercera, iluminando el Salón de Actos, se dispone un solo hueco horizontal, cuyas jambas coinciden con las jambas exteriores de los huecos de planta primera.

El escudo se deja sin enmarcar por la piedra caliza blanca inclinada, ya que es la propia pieza de Oteiza la que presenta esta inclinación. El león y las torres representadas sobresalen del mismo modo que los otros elementos inclinados de la fachada. En la franja que rodea al escudo se emplea el mismo granito desbastado usado en la planta baja. Oteiza trabajó sobre piedra artificial, realizando un vaciado en escayola. El escudo fue realizado en bronce sobre este molde.