El recibidor de la primera planta se pintó de azul, color que aún se conserva. Sus puertas sobrias, de madera decapada, son obra del taller de Aranda, que ya había trabajado para el padre de Rafael de La-Hoz. Las tres sillas de espera son piezas únicas, mobiliario diseñado en exclusiva para la Cámara de Comercio. Son de madera y con fundas de latón para calzar las patas.
La escalera semicircular sobre un fondo de paveses sigue apareciendo como elemento estrella alrededor del cual se distribuyen los espacios principales. Los intersticios que se generan se utilizan como recintos para funciones secundarias. El recorrido que impone la escalera termina en el salón de actos