Se encuentra en la segunda planta. La escalera nos conduce a un vestíbulo y al Salón de Actos. En el vestíbulo hay un ventanal que da al patio y una escultura de Jorge de Oteiza, realizada en madera de olivo sobre una base de piedra (actualmente se encuentra en la exposición “Jorge Oteiza y Eduardo Chillida. Diálogos en los años 50 y 60” en el Museo de San Telmo en San Sebastián).
El Salón de Actos es de planta parabólica y está dotado de una suave pendiente. Es un espacio donde las paredes se cubrieron con tablillas de madera, para el tratamiento acústico. Está cubierto con una bóveda de escayola, realizada por Rafael del Rosal, revestida con pan de oro por Paco Espinar, quien se había encargado de pintar también el edificio. Esta bóveda no es solo una puesta estética, sino que se diseña así porque obedece a una distribución del sonido de manera que la voz del ponente pueda ser escuchada desde todos los puntos de la sala con la misma intensidad.